La isla de Alborán es un islote de origen volcánico situado en el mar Mediterráneo, a mitad de camino entre el litoral de Almería y el norte de África. Precisamente, el canal del Mediterráneo desde Gibraltar hasta cabo de Gata recibe el nombre de mar de Alborán. Está a 48 m.n. al sur de Adra y 35 m.n. del cabo de Tres Forcas. A 100 metros dirección NE se sitúa el islote de la Nube y otro pequeño roquedal. En el centro de la isla hay un canal subterráneo que la traspasa de parte a parte y es navegable con buen tiempo denominado cueva de Las Morenas. Se extiende 7,12 hectáreas de roca volcánica y guano. Un erial de contorno piriforme de 642 metros de longitud, 265 de anchura máxima y 16 metros de altura máxima. Situada en una importante zona sísmica en la que choca la placa africana con la euroasiática, en Alborán se sitúan los epicentros de un buen número de seísmos de baja intensidad. La isla y su entorno fue declarada Reserva Marina y Reserva de Pesca en 1997 y en el 2003, el Parlamento de Andalucía aprobó por unanimidad la Ley de Declaración del Paraje Natural de Alborán, el islote de la Nube y las aguas y fondos marinos que la rodean. Es, de igual forma, Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) desde el año 2002.
Sus aguas, mediterráneas pero con una marcada influencia de las corrientes que proceden del Atlántico, sostienen una elevada biodiversidad y una gran riqueza pesquera. Sus fondos, cubiertos de magníficas praderas de algas laminarias y yacimientos de coral, -coral rojo (Corallium rubrum) y coral anaranjado o estrellado (Astroides calycularis)-, tienen un importante valor ecológico, por lo que han sido declarados como ZEPIM. En Alborán la tierra es mala. No hay árboles ni agua potable ni crecen las plantas que han intentado sembrar. El enrojecido suelo está cubierto de una vegetación parda y triste: yerma para los ojos del profano, fabulosa para la mirada del botánico.
(Adaptado de Wikipedia)
Flora de la Isla de Alborán
Se han citado en Alborán 20 plantas vasculares terrestres distintas, de las cuales Diplotaxis siettiana es un endemismos exclusivo de esta isla. El tomillo sapero (Frankenia corymbosa) es la planta más extendida de la isla, que junto con el algazul (Mesembryanthrmun nodiflorum), constituyen la vegetación dominante. Otra planta interesante presente en Alborán es la malva mauritánica (Malva durieui).
La lista del resto de plantas sería la siguiente: Anacyclus valentinus (A. alboranensis), Asphodelus sp., Cakile maritima, Chenopodiastrum murale, Echium plantagineum, Frankenia pulverulenta, Halogeton sativus, Heliotropium europaeum, Lycium europaeum, Mesembryanthemum crystalinum, Ploycarpon tetraphylum, Salsola kali, Senecio leucanthemifolius (S. alboranicus), Spergularia bocconei, Sonchus tenerrimus y Triplachne nitens.
Diplotaxis siettiana Maire
Esta especie fue descrita en 1933 por el insigne botánico francés René Charles Maire (1878-1949), cuya obra magna es Flore de l’Afrique du Nord. El género Diplotaxis fue establecido en 1821 por De Candolle y alude a la disposición de las semillas en doble fila, en cada lóculo de la silicua, en la mayoría de sus especies. El término específico honra la memoria del naturalista Sietti, que descubrió la planta y es autor, entre otras publicaciones, de Nouvelle contribution a l’histoire naturelle de l’île d’Alboran (1933).
Especie extinta en estado silvestre; en la actualidad ha sido reintroducida y se lleva a cabo un plan de recuperación. Su hábitat está muy transformado. El área de extensión actual de la población es muy reducida. Está protegida a niveles regional y europeo.
De nombre vulgar "jaramago de Alborán". Está incluida en el Libro rojo de la flora vascular amenazada de España, con la calificación de "En peligro crítico", en la Lista roja de la flora vascular española y en la Lista roja de la flora vascular de Andalucía.
Según Flora ibérica, en la isla de Alborán se localizaron unos 140 ejemplares en 1974. Posteriores expediciones, de 1984 a 1990, no consiguieron encontrar ningún ejemplar. Recientemente se ha procedido a una reintroducción de plantas obtenidas a partir de las semillas recolectadas en 1974.
Según el citado Libro rojo…, la superficie de ocupación real es inferior a 0,003 km2 y la población estudiada corresponde a reintroducciones realizadas (1995-2000) con plántulas obtenidas de semillas de bancos de germoplasma. Este jaramago compite en desventaja con otras especies mejor adaptadas a la creciente nitrificación de los suelos de la isla. La germinación de D. siettiana en jardines botánicos es buena.
Anacyclus alboranensis Esteve & Varo
Flora Ibérica considera esta especie sinónimo de A. valentinus, "al no presentar caracteres morfológicos (v.gr., grado de división foliar, tamaño de los aquenios y forma de las alas de los aquenios) que de forma concluyente permitan diferenciar las poblaciones de Alborán del resto."
Según el Atlas y libro rojo de la flora vascular amenazada de España, la superficie de ocupación real es inferior a 0,05 km2. La especie cuenta con una sola población que incluye menos de 2.500 individuos, considerando que su hábitat es muy frágil y está sometido a perturbaciones importantes de origen humano. Está protegida a nivel regional.
Especie muy amenazada, pues la Isla de Alborán es un ecosistema muy frágil y cualquier alteración podría llevar a su desaparición. Las visitas incontroladas, la presencia humana, las construcciones y el aumento de la población de gaviotas son los factores más importantes de riesgo.
De nombre vulgar "manzanilla de Alborán". Está incluida en el Libro rojo de la flora vascular amenazada de España, con la calificación de "En peligro crítico", en la Lista roja de la flora vascular española y en la Lista roja de la flora vascular de Andalucía. Su germinación en jardines botánicos es buena.
Anacyclus alboranensis fue descrita por Esteve y Varo en 1972
Senecio leucanthemifolius Poir.
(Senecio alboranicus Maire)
Vive en suelos rocosos, arenales nitrificados, muros, cerca del litoral. Se distribuye por la región Mediterránea e Islas Canarias. Islas Baleares, isla de Alborán y algunas localidades aisladas en la Península. En Almería se halla en la isla de Alborán y Cabo de Gata.
Las plantas de la isla de Alborán se describieron como Senecio alboranicus Maire y fueron incluidas en el Libro rojo de la flora vascular amenazada de España, con la calificación de "En peligro crítico". También en la Lista roja de la flora vascular española y en la Lista roja de la flora vascular de Andalucía.
Malva durieui Spach
(Lavatera mauritanica Durieu subsp. davaei (Cout.) Cout.)
Vive en grietas de rocas costeras y arenas entre roquedos calcáreos. Se distribuye por España (Alicante, Almería, Cádiz, Castellón) y SW de Portugal. A veces cultivada en jardines botánicos, con lo que se hace subespontánea.
No se considera amenazada.
Frankenia corymbosa Desf.
Vive en saladares, roquedos, depresiones salobres, arenales marítimos. Se distribuye por el NW de África y SE de España (Alicante, Almería, Granada, Murcia). En Almería es muy común sobre todo en el Desierto de Tabernas y la zona del litoral.
Nombre vulgar: tomillo sapero.
El término genérico honra la memoria de Johan Frankenius (1590-1661), médico y botánico sueco.
La Sierra de Los Filabres es el principal macizo montañoso de la provincia de Almería, aunque las estribaciones más altas se encuentren en Sierra Nevada, y forma el límite sur del Valle del Almanzora. Tiene una longitud de 50 km y una anchura de 25 km, con una superficie total de 150.000 ha. No obstante, esta sierra y la Sierra de Baza conforman un único macizo con distinto nombre según la provincia, ubicándose la segunda en la provincia de Granada. La altitud media del complejo es de 1.500 metros. Podemos destacar alturas superiores a los 2.000 metros como Calar Alto, 2.168 msnm, Tetica de Bacares, 2.080 msnm o Calar del Gallinero, 2.049 msnm.
Entre los materiales que constituyen la Sierra, distinguimos una unidad inferior de 5 km. de espesor formada por rocas esquisto-cuarcíticas de edad paleozoica. Sobre este zócalo se sitúa una cobertera de 1 Km. de espesor de esquistos y cuarcitas con intercalaciones de rocas carbonatadas y gneis de edad permotriásica. Localmente, entre el zócalo y la cobertera se encuentra otra capa de 1 Km. de espesor formada por carniolas, mármoles y diversos tipos de micasquistos del Triásico medio y superior.
Esta sierra alberga una interesante flora. El matorral, formado por genistas y esparto hasta los 1500 m. deja paso a un sotobosque de jara, ajedrea y piorno azul que acompaña a un bosque de pino carrasco y negral procedente de la fuerte repoblación forestal desarrollada en la decada de los 60. Especies destacadas son: la endémica Centaurea sagredoi (Endemismo exclusivo de la sierra de Los Filabres), Erodium rupicola, Erodium saxatile, Brassica repanda subsp. almeriensis, Pterocephalus spathulatus, Astragalus peregrinus subsp. warionis, Primula elatior subsp. lofthousei o Saxifraga trabutiana, entre otras.
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Sierra Cabrera se encuentra en llos términos municipales de Turre y Mojácar principalmente. Sus máximas altitudes se aproximan a los 1000 msnm, como La Mezquita (962 msnm) y Arráez (919 msnm), por lo que recibe esporádicas nevadas.
El paisaje de Sierra Cabrera está marcado por las mayores precipitaciones que recibe en comparación con el resto de la comarca del Levante Almeriense, y que unidas a la influencia de la humedad marina en el conjunto serrano, hacen de esta sierra litoral una isla verde. La mayor parte de la sierra, sobre todo entorno a las cortijadas, está moldeada por el hombre y aparece repleta de bancales y restos de acequias y antiguas huertas, sobre los cuales, todavía quedan restos de su pasado agrícola en forma de algarrobos, almendros, olivos, higueras, granados y vides, sin olvidar las chumberas y las pitas ya naturalizadas. Las zonas basales de la sierra están formadas por materiales silíceos, mientras que en las cumbres se dan formaciones calizas. En la zona de contacto entre ambos aparecen numerosas fuentes y manantiales. En la solana predominan los materiales silíceos, mientras que en la umbría lo hacen los calizos.
Sierra Cabrera estuvo hasta el s.XVIII cubierta de bosques de alcornoques y encinas, pero el hacha, el arado y los rebaños terminaron por hacerlos desaparecer. De los antiguos alcornocales que poblaban la sierra, tan sólo quedan unos cuantos pies de alcornoque (Quercus suber) centenarios con un incalculable valor natural, ecológico y genético, ya que son una rareza en el Sudeste Español y únicos en la comarca. Parecida suerte corrieron los encinares, y en la acutalidad, sólo quedan pequeños rodales en las cumbres compuestos por encina (Quercus rotudifolia), coscoja (Quercus coccifera) y enebro (Juniperus oxycedrus). En la zona conocida como Los Murtales se han efectuado repoblaciones con pino carrasco (Pinus halepensis). La vegetación actual de la sierra está formada por matorrales mediterráneos como son los retamares, espinares, jarales, albaidales, romerales, tomillares, aliagares o espartizales, entre los que aparecen especies como el palmito (Chamaerops humilis), el lentisco (Pistacia lentiscus), el acebuche (Olea europaea), el aladierno (Rhamnus alaternus) o el labiérnago (Phillyrea sp.) Alrededor de las numerosas fuentes, manantiales, barrancos y ramblas humedos se desarrollan especies como la adelfa (Nerium oleander), el almez (Celtis australis), el álamo blanco (Populus alba) y el nogal (Juglans regia). En estos lugares excepcionalmente húmedos también aparece un roble, el quejigo (Quercus faginea), y el madroño (Arbutus unedo), que junto con el ya mencionado alcornoque, constituyen, a pesar de su escaso número, las joyas de la botánica de la sierra, tanto por su localización (ya que alcornoques, quejigos y madroños son extremadamente raros en la provincia natural Murciano-Almeriense, en la que se encuadra Sierra Cabrera) como por su gran bagaje genético (ya que les hace capaces de sobrevivir en un espacio tan "seco"). Destacan por su interés especies como Limonium estevei (Endemismo exclusivo de Sierra Cabrera), Linaria oblongifolia subsp. benitoi, Vicia altissima, Narcissus tortifolius, Teucrium freynii o Ceratocapnos heterocarpa, entre otras.
En cuanto a la fauna de Sierra Cabrera, cabe destacar, que cuenta con jabalíes, zorros, garduñas y tejones, entre los mamíferos. También cuenta con diversas especies de aves, entre ellas varias rapaces. Con respecto a los reptiles destaca el lagarto ocelado y una importante población de la amenazada tortuga mora (Testudo graeca). En las balsas y charcos pueden encontrarse diferentes anfibios. También hay que destacar la presencia de especies cinegéticas como la perdiz roja, el conejo y la liebre.
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La sierra de Lúcar se encuentra en el municipio del mismo nombre de Valle del Almanzora. Conocida por albergar Piedra Lobera, un escarpado y abrupto promontorio grisáceo. Su nombre proviene de la tradición que cuenta que fue en este lugar donde se exterminaron los últimos ejemplares de lobos que existían por estas sierras. El pico Lúcar, con 1.722 metros de altitud, corona Piedra Lobera. Se trata de una espectacular formación caliza con paredes escarpadas que sobresale en el paisaje. A su alrededor se distribuye un amplio espacio de 2.071.220 m2 de superficie, protegido bajo la figura de Monumento Natural, declarado el 23 de Noviembre de 2001.
Además de su belleza paisajística, este Monumento Natural alberga una importante flora adaptada a las duras condiciones que se dan en este entorno: escasez de lluvias, vientos fuertes, periodos largos de insolación, frecuentes heladas y suelos pedregosos. Así aparecen especies como la Arenaria tomentosa, que crece entre los roquedos y posee un porte en forma de almohadilla para contrarrestar los azotes del viento, además de encontrarse cubierta de pequeños pelillos para reflejar los incesantes rayos solares; también se halla la grosellera silvestre (Ribes uva-crispa subsp. austro-europaeum), que vive al abrigo de las fisuras de rocas calizas; y la exótica peonía (Paeonia broteri), denominada rosa de monte. También se pueden ver hasta 5 especies de Saxifraga, conocidas por el nombre de rompepiedras, como Saxifraga camposii subsp. leptophylla o Saxifraga erioblasta.
La sierra de Gádor es un macizo montañoso situado en el extremo suroccidental de la provincia de Almería. Su cota de altitud máxima es de 2.249 metros (cumbre del Morrón de la Launilla), otras cotas son: El Pecho Cuchillo (1.968 m.), Dos Hermanas (1.991 m.), Nuevo Mundo (2.107 m.) y Morrón de los Franceses (2.236 m.). Alcanza una longitud de 50 km y 20 km en su zona más ancha, con un total de 86.000 hectareas. Limita al norte con Sierra Nevada, al sur con el Mar Mediterráneo, al este con Sierra Alhamilla y al oeste con la Sierra de la Contraviesa. A sus pies se encuentra la comarca del Poniente Almeriense, tradicionalmente llamada Campo de Dalías. Se extiende por los términos municipales de Felix, Enix, Gádor, Alhama de Almería, Alicún, Huécija, Íllar, Instinción, Rágol, Fondón , Laujar de Andarax, Alcolea, Berja, Dalías y Vícar. Su principal zona, por encima de los 1.800 metros de altitud, se conoce popularmente como "El Pelao". En este lugar se alcanzan temperaturas muy bajas en invierno. Del mismo modo, en esta zona se encuentran los vestigios más meridionales en España en lo que a restos de manifestaciones glaciares se refiere (en navas y pequeñas lagunas como la del Sabinar).
El clima es de tipo subdesértico, aunque contrastado, ya que esta Sierra se extiende desde el nivel del mar hasta alturas superiores a los 2.000 m. De especial importancia son las habituales y efímeras nevadas invernales, responsables de la recarga de los acuíferos de su vertiente Sur.
La sierra de Gádor alberga una interesantísima flora, por lo que no se entiende que actualmente no tenga ninguna figura de protección. Las principales masas forestales que se desarrollan en Sierra de Gádor están compuestas principalmente por pinares de las repoblaciones del último tercio del pasado siglo, aunque aún es posible encontrar buenos rodales de encinar y, en las zonas más húmedas, bosquetes de aceres y quejigos. En las cumbres predomina el piornal. Entre esta rica y variada flora son de destacar los endemismos exclusivos del macizo gadorense: Alyssum gadorense, Astragalus tremolsianus, Gadoria falukei, Hypericum hispanicum y Seseli intricatum.
En cuanto a la fauna, el grupo más numeroso es el de los invertebrados, destacando por su importancia las mariposas, estando esta Sierra catalogada como Zona de Especial Interés Lepidopteróligo. La presencia de más de 130 especies diferentes de aves, hace de esta una de las zonas de más rica ornitofauna de la provincia. Destacan las rapaces como el búho real y chico, la lechuza campestre, el águila real y perdicera, el alcotán, el esmerejón o el cernícalo vulgar. Entre los mamíferos, la presencia más significativa es la cabra montesa, procedente de la vecina Sierra Nevada. Mucho más numeroso es el jabalí que se distribuye por todo el territorio. Dentro de los pequeños predadores, junto al amenazado gato montés, abundan zorros, ginetas, comadrejas y tejones.
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El Paraje Natural de Punta Entinas-Sabinar, así como la Reserva Natural que en él se incluye, está situado entre los términos municipales de El Ejido y Roquetas de Mar. Ocupa una extensión máxima de 1944.76 hectáreas, el Paraje Natural, mientras que la Reserva Natural que alberga tiene una extensión aproximada de 785 hectáreas. Está formado por un conjunto de dunas cercanas al litoral mediterráneo, entre las que se sitúan charcas (también llamadas "charcones"), dando lugar a diferentes biotipos, dentro de un ecosistema sub-árido mediterráneo. La temperatura media anual está en torno a los 18º C, mientras que las precipitaciones anuales medias se sitúan entre los 200 y los 250 mm. Los factores principales que amenazan este espacio natural son la proximidad de los cultivos intensivos bajo plástico (invernaderos) y el crecimiento urbanístico debido al turismo en la zona.
Las especies vegetales predominantes que pueden encontrarse en este ecosistema son las sabinas suaves (Juniperus Phoenicea), que dan nombre al Paraje, Sabinar, y los lentiscos (Pistacia lentiscus). Sobre los terrenos más salinos prolifera la vegetación halófila como la de la familia de las Quenopodiáceas (sosas, alacraneras), y en general por todo el Paraje Natural podremos encontrar cambroneras (Lycium intrincatum), cañas comunes (Arundo donax), juncos espinosos (Juncus acutus), bolaga o bufalaga marina (Thymelaea hirsuta), azufaifos (Ziziphus lotus), lavanda de mar (Limonium angustebracteatum), margarita de mar (Asteriscus maritimus), oruga marítima o roqueta de mar (Cakile maritima) y el carrizal (Phragmites australis). Alguna planta parásita como el jopo de lobo (Cynomorium coccineum) o la rarísima Phelipanche olbiensis. De la flora más interesante cabe destacar: Ononis talaverae, Scrophularia frutescens y Wahlenbergia lobelioides subsp. nutabunda. También cabe destacar la presencia en este paraje natural del rarísimo hongo Beenakia mediterranea. También el fondo marino es rico en flora y fauna, incluyendo las praderas de Posidonia oceanica más occidentales del Mediterráneo.
En cuanto a fauna, cabe remarcar el interés ornitológico de la zona, donde pueden observarse decenas de especies de aves, tales como gaviotas de Audouin (Larus audouinii) o aves del género Phoenicopterus (flamencos). Por toda la extensión del Paraje Natural en sus charcas, habitan especies fundamentales, muchas catalogadas como vulnerables o en peligro de extinción. Puede observarse a la focha común (Fulica atra), al ánade real o azulón (Anas platyrhynchos), la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala) y el correlimos común (Calidris alpina).
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Sierra Alhamilla es un sistema montañoso perteneciente a las Cordilleras Béticas. Es, además, desde 1989, el nombre que recibe el Paraje Natural situado en dicha sierra, declarado por la Junta de Andalucía. El paraje se extiende por los municipios de Lucainena de las Torres, Níjar, Pechina, Rioja, Almería y Tabernas, abarcando una extensión aproximada de 8500 hectáreas. Su punto más alto es el pico del Colativí con 1.387 msnm.
El clima de la sierra pertenece al mediterráneo subárido, con precipitaciones no superiores a 350 l/m2 al año. La mayoría de estas precipitaciones se concentran en Otoño. La temperatura media anual es de 14 °C. Las mínimas llegan a los -7 °C en las zonas más altas. Suele haber 2 o 3 nevadas al año.
Geológicamente, Sierra Alhamilla pertenece a la Cordillera Penibética, una división geográfica de las Cordilleras Béticas, cerca del litoral, característica que comparte con las sierras de Cabrera y Gádor. La formación de la sierra se debe a la actividad volcánica, como la del volcán Cerro del Hoyazo.
Su condición de oasis boscoso, entre el Desierto de Tabernas, zona más árida de Europa, y la Bahía de Almería, le confiere gran relevancia ecológica. Dado su valor como ecosistema, es uno de los Lugares de Importancia Comunitaria de Almería. Algunas de las especies vegetales que se pueden encontrar en ella son encinares y ejemplares de pino carrasco. Cabe destacar el endemismo exclusivo de Sierra Alhamilla: Verbascum prunellii. En cuanto a la fauna, destaca la variedad de aves, no en vano Sierra Alhamilla es una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Hay una gran presencia de jabalíes, y también pueden encontrarse ginetas, tejones y comadrejas, entre otras especies.
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La riqueza natural de la provincia de Almería queda reflejada en varios espacios naturales protegidos:
- Un Parque Nacional, el de Sierra Nevada, compartido con la provincia de Granada, en el que se pueden encontrar cabras monteses y jabalíes, además de una riquísima flora, única en el continente.
- Tres Parques Naturales: el de Cabo de Gata-Níjar, declarado en 1987 y primero Marítimo-terrestre del país, es probablemente uno de los últimos reductos de costa virgen del Mediterráneo. Cuenta con multitud de especies vegetales xerófitas endémicas y hasta hace pocos años fue santuario de las últimas focas monje de Europa. Otro es el de la Sierra de María-Los Vélez ostenta grandes extensiones de pinares carrascales y poblaciones de la escasa tortuga mora, y, por último, de nuevo Sierra Nevada, zonas inferiores a los dos mil metros de altitud.
- Además existen cinco Parajes Naturales: Alborán, Desierto de Tabernas, Karst en Yesos de Sorbas, Punta Entinas-Sabinar y Sierra Alhamilla. De entre ellos los más importantes sean quizá los dos primeros parajes naturales: el desierto de Tabernas es, técnicamente, el único desierto del continente europeo. Se trata de un ecosistema excepcional, cuyos característicos paisajes son aprovechados por la industria audiovisual desde principios de los años 60. Por su parte, el cercano karst en Yesos de Sorbas es un complejo de cuevas, cañones y demás fenómenos kársticos excavadas por el río Aguas en un depósito de yeso cercano a la localidad de Sorbas.
- Dos Reservas Naturales: Albufera de Adra y Punta Entinas-Sabinar.
- Cinco Monumentos Naturales: Arrecife Barrera de Posidonia, Isla de San Andrés de Carboneras, Isla de Terreros e Isla Negra de Pulpí, Piedra Lobera y Sabina Albar de Chirivel.
- Y un Parque Periurbano, el de Castala en Berja.
- Otros dos espacios naturales destacables en la provincia son el olivo gigante de Agua Amarga, uno de los más longevos del continente europeo; y la Geoda en yeso de Pulpí, entre las de mayor tamaño del planeta.
- Existen además en la provincia varios centros de recuperación, conservación y estudio de fauna y flora. Algunos de ellos son:
- Parque de Rescate de la Fauna Sahariana en Almería.
- Jardín Botánico del Albardinar en Rodalquilar (Níjar).
- Jardín Botánico Umbría de la Virgen en María.
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El Desierto de Tabernas está localizado, a unos 30 km al norte de la capital, en los términos municipales de Tabernas, Gádor, Santa Fe, Alboloduy y Gérgal y protegido como Paraje Natural en una extensión de 280 km2.
Su situación entre la Sierra de los Filabres al norte y Sierra Alhamilla al sudeste la aíslan de las corrientes húmedas del cercano mar Mediterráneo, en una zona de poca pluviosidad como es Levante español de la península Ibérica, dejan unas precipitaciones de solo 243 mm. Junto con las altas temperaturas medias a lo largo de todo el año (18 °C) y uno de los mayores niveles de horas de sol posibles (3000 h), conforman el clima seco que da lugar a este verdadero desierto. Todas estas características se ven, además, agravadas por el efecto Foehn. Las pocas lluvias suelen ser torrenciales, con lo que el pobre suelo de margas y areniscas sedimentarias que posee muy poca vegetación no consigue retener humedad, sino que al contrario sufre mayor erosión formando los característicos paisajes de "badlands".
Algunas formas vegetales suelen desarrollar hojas duras y muy pequeñas para reducir la evotranspiración, llegando incluso a realizar la fotosíntesis durante la noche, como la Anabasis mucronata. Algunas plantas efímeras carecen de los mecanismos suficientes para sobrellevar los largos períodos de sequía, sin embargo disponen de un metabolismo muy acelerado y de períodos vegetativos muy cortos, así sus semillas germinan y crecen con suma rapidez, como la Linaria nigricans, completando su desarrollo en breve tiempo, suficiente como para florecer y generar nuevas semillas a la espera de otro período húmedo. Otras especies afrontan el rigor del medio mediante la suculencia o capacidad de almacenar agua en su interior, un ejemplo es Apteranthes europaea. Otro procedimiento consiste en desarrollar amplios sistemas radiculares para captar agua, de carácter superficial, lo que produce distanciamiento entre las plantas o bien verticales aprovechando la existencia de aguas subterráneas, y dotándose de órganos ajenos a la radiación solar, como bulbos, tubérculos y rizomas. La formación de espinas es uno de los sistemas defensivo que presenta gran número de matorrales y arbustos. También existen plantas parásitas que aprovechan los fluidos de las raíces de otros matorrales o arbustos, como el Cynomorium coccineum. Entre las especies más frecuentes destacan el esparto (Macrochloa tenacissima) y diferentes aromáticas como la artemisa (Artemisia barrelieri) o el tomillo (Thymus hyemalis y Thymus baeticus), que contribuyen a fijar el suelo. En los bordes de las ramblas y aprovechando las corrientes subterráneas se asientan diferentes especies como el taray (Tamarix africana), la retama (Retama sphaerocarpa), la adelfa (Nerium oleander), la higuera (Ficus carica) y diferentes matorrales como, la siempreviva morada (Limonium insigne) o la jarrilla blanca almeriense (Helianthemum almeriense). Podemos encontrar plantas, como la escasa Moricandia foetida, que florece en las primaveras lluviosas sobre los taludes margosos. Las numerosas ramblas que se encajan sobre estos paisajes telúricos y abrasadores constituyen el único elemento ecológicamente diferenciado del desierto. Al socaire de los microclimas existentes en ellas ya a favor de las corrientes subálveas, se ordenan bosquecillos de tarajes y adelfas, en donde encuentra cobijo la avifuana nidificante, como el verdecillo, curruca cabecinegra o la tórtola común. En este espacio también existen auténticos oasis en torno a afloramientos de agua, casi siempre salinos, y establecen densas formaciones de vegetación halófila en los que carrizos y tarajes disputan el substrato frente a plantas barrilleras, salsolas y otras chenopodiáceas, dominando unos u otros en función de los gradientes de humedad y salinidad del suelo.
La distribución de la fauna está condicionada por diversos factores. La presencia de manantiales de agua o la propia humedad de las ramblas. Las zonas de solana y de umbría condicionan también a la distribución. Pueden distinguirse dos clases de hábitats, principalmente: montes y ramblas. La abundancia de abejas y otros insectos que liban sus néctares conforman la dieta principal de las especies de la zona, como el abejaruco, que construyen sus nidos en profundas cavidades horadadas en los taludes de las ramblas, para así protegerlos de depredadores como la culebra de herradura. La perdiz roja anida junto a los espartales del monte y algunos halcones peregrinos y águilas perdiceras y reales, que viven en Sierra Alhamilla, utilizan estas zonas como territorios de caza. El búho real caza conejos y pequeños roedores. También hay zorros que cazan al atardecer y por la noche. En los taludes que rodean las ramblas nidifican gran cantidad de aves como la Paloma Zurita, la Carra, el Cernícalo vulgar, el Mochuelo común, la grajilla, el avión roquero, el vencejo real, la collalba rubia, el gorrión chillón o el camachuelo trompetero, que normalmente habita en los oasis saharianos. Los bosquecillos de tarays y la vegetación de los márgenes del cauce son el lugar elegido por diversas especies de pájaros, como currucas, jilgueros, verdecillos y oropéndolas, e incluso aves acuáticas como andarríos, chortilejos y garzas. Contamos también con la presencia de aves esteparias como cogujadas, terreras, alcaravanes y sisones ortegas. Los mamíferos se encuentran más limitados, por la aridez del terreno, aunque abundan los conejos, liebres, lirones, erizos europeos y morunos. En las ramblas del desierto el efecto de borde se muestra en todo su esplendor: anfibios, como rana común o sapo corredor, reptiles, como lagartija colirroja, lagarto ocelado, culebra de escalera y conejo, son abundantes, encontrando en ellas un hábitat adecuado.
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El Karst en Yesos de Sorbas, con 2.375 ha, es un complejo de cuevas, cañones, dolinas, geodas y demás fenómenos kársticos excavados por el agua en depósitos de yeso del término municipal de Sorbas.
Más de 1.000 cavidades, en su mayor parte interconectadas, un espectacular y diverso universo de formaciones cristalinas: estalactitas, estalagmitas, columnas y corales. Su enorme valor didáctico y científico y su gran interés espeleológico lo han convertido en uno de los karst en yesos más importantes del mundo, una de las joyas geológicas del planeta. El sistema subterráneo más grande de España y el segundo del mundo explorado en yeso: el sistema de la Cueva del Agua, con casi 8.500 metros de recorrido.
Un karst se produce en depósitos de minerales solubles en agua (como el yeso o la caliza), en los que la acción del agua de ríos y lluvia, va disolviendo la roca y creando cuevas, que por hundimiento parcial forman dolinas y por hundimiento total forman cañones. El mineral disuelto en el agua puede volver a cristalizar en determinadas circunstancias, por ejemplo, al gotear desde el techo de una cueva hasta el suelo se forman estalactitas y estalagmitas, o si se estanca en una cavidad se pueden formar geodas.
El aljez, o yeso, es un mineral que se disuelve en agua con facilidad, por lo que el proceso de formación de un karst de este tipo es relativamente rápido (en escala de tiempo geológico). Pero esta rapidez es a la vez causa de que su existencia sea también corta (en la misma escala de tiempo), ya que las Cuevas colapsan con rapidez y los depósitos de yeso desaparecen casi por completo. Este es el motivo por el que existen muy pocos karst de este tipo en el mundo y de que la gran mayoría están muy degradados. Sin embargo, la poca pluviosidad de Almería ha provocado que el proceso del karst de Sorbas sea mucho más lento que en otros lugares, razón por la que es uno de los mejor conservados del planeta.
Sobre el yeso viven plantas exclusivas y endémicas de este Paraje: la matamarilla (Helianthemum alypoides) y el romerillo de Turre (Teucrium turredanum). Otras plantas interesantes son el narciso de Sorbas (Narcissus tortifolius), la espuelilla de Sorbas (Chaenorhinum grandiflorum subsp. grandiflorum), Guiraoa arvensis y Santolina viscosa. También podemos encontrar aquí una de las especies más emblemáticas del sureste peninsular: la tortuga mora (Testudo graeca).
La Junta de Andalucía declaró en 1989 el Karst Paraje Natural. Existen dos formas de visitar el karst, en superficie, recorriendo su paisaje exterior, o adentrándose a alguna de sus cuevas para ver el mundo subterráneo. Los espeleólogos tienen en el karst en yesos de Sorbas un paraíso subterráneo.
(Adaptado de Wikipedia)
El Parque Natural de la Sierra de María-Los Vélez está situado en la zona norte de la provincia de Almería, con una superficie de 22.562 hectáreas y altura máxima de 2.045 msm. Se extiende por los municipios de Chirivel, María, Vélez-Blanco y Vélez-Rubio. El clima es mediterráneo de montaña: seco en verano con altas temperaturas diurnas y bajas nocturnas, y algo más húmedo en invierno con temperaturas bajas y nevadas frecuentes.
Las características geológicas del parque dan lugar a la existencia de una considerable variedad de microclimas y biotopos en los que crecen muy diferentes especies vegetales. La gran riqueza biológica es albergada por una abundante masa forestal en la que se conjugan bosques de pino negral o laricio (Pinus nigra) autóctono con reforestaciones de pino carrasco (Pinus halepensis). Hay citas de la presencia frecuente y abundante de esta especie de pino en toda la comarca de los Vélez desde antes del siglo XVI, además de contar con "La Dehesa de la Alfahuara", el único monte mixto de pino carrasco y encina que nunca se taló ni roturó, llegando hasta nuestros días tal y como se conoce en la actualidad (salvo dos pequeños rodales reforestados por el hombre). También existen citas de la presencia de pólen de pinos en épocas prehistóricas, encontradas en Cueva de Ambrosio (Vélez Blanco). En las repoblaciones de Sierra María también se empleó el pino resinero (Pinus pinaster) en cotas medias, resultando ser la Umbria de la Virgen (en el término municipal de María) la zona en donde esta especie se ha desarrollado con mayor vigor. Las zonas más próximas a los valles se convierten en bosques ralos de encinas (Quercus rotundifolia) entre los que crecen otras especies típicas del Mediterráneo como jaras (Cistus sp.), lavanda (Lavandula sp.), matagallos (Phlomis herba-venti), mostajos (Sorbus sp.), coscojas (Quercus coccifera), quejigos (Quercus faginea), romero (Rosmarinus officinalis) y tomillo (Thymus sp.). En las áreas de mayor altitud, sólo pueden crecer algunas especies adaptadas a las poco frecuentes precipitaciones y las temperaturas extremas de la zona, por lo que la cubierta vegetal es escasa. Como especies más características el enebro (Juniperus communis) y la sabina rastrera (Juniperus sabina), aunque en las cimas es el piorno azul (Erinacea anthyllis) la especie predominante. Otras especies del matorral espinoso de altura son el arce (Acer sp.), el agracejo (Berberis hispanica), el espino blanco (Crataegus monogyna), la genista (Genista longipes) y piorno de crucecitas (Vella spinosa). En esta rica comarca en la que crece una gran diversidad botánica, existen además varios endemismos, además de muchas otras especies con áreas de distribución muy restringidas, como son: Arenaria suffruticosa, Athamanta hispanica, Centaurea mariana, Lythrum baeticum, Platycapnos saxicola, Saxifraga camposii subsp. leptophylla. o Sideritis stachydioides.
La diversidad avícola de este parque es uno de sus mayores patrimonios, encontrándose más de cien especies que habitan permanente o temporalmente en el área. Sin embargo, por lo que respecta a otros vertebrados, la diversidad biológica no es tan espectacular.
Las pinturas rupestres de la Cueva de los Letreros son uno de los más importantes tesoros arqueológicos de Almería. De hecho, un símbolo que identifica a esta provincia, el Indalo, es uno de los supuestos personajes dibujados en sus paredes. Se halla en el término municipal de Vélez-Blanco al abrigo de una pared de la Sierra de María. Tanto el referido Indalo como otra de las figuras más características, conocida como El Brujo, son notables ejemplos del tipismo artístico rupestre del levante español. La cueva está incluida entre las que forman el bien “Arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica” incluido por la Unesco en 1998 como parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad.
(Adaptado de Wikipedia)