Bosquejo geológico de la provincia de Almería
Desde
el punto de vista geológico la provincia de Almería se encuentra situada en el
extremo oriental de las cordilleras Béticas y, más concretamente, dentro del
dominio meridional o zona Bética s.s., exceptuando su parte norte que se ubica
en el dominio septentrional externo.
La
zona Bética está constituida por rocas de edad paleozoica y triásica más o
menos metamorfizadas, que han experimentado de forma excepcionalmente violenta
los efectos de la orogenia alpina, presentando una impresionante estructura de
mantos de corrimiento. Las distintas unidades estructurales de este dominio
interno han sido agrupadas en cuatro
grandes conjuntos o complejos superpuestos tectónicamente, que son, de abajo
arriba: el Nevado Filábride, el de Ballabona-Cucharón, el Alpujárride y el
Maláguide. En cuanto al dominio septentrional externo, está integrado
fundamentalmente por materiales mesozoicos y terciarios no metamorfizados por
la orogenia alpina aunque han sufrido los efectos de la misma (fracturas, estructuras
de plegamiento y de mantos de corrimiento). En el dominio externo se
diferencian dos unidades, la zona Prebética y la zona Subbética, más compleja y
situada al sur de la primera.
En la
provincia de Almería están expuestos ampliamente los materiales de los
complejos Nevado-Filábride y Alpujárride, siendo más reducidos los
afloramientos de los materiales de los complejos Ballabona-Cucharón y
Maláguide, sobre todo este último que sólo lo está en forma de relictos
aislados y de pequeña extensión. Respecto a los materiales del dominio externo
sólo están representados los pertenecientes a la zona Subbética, que afloran
exclusivamente en la parte norte de la provincia.
Estos
materiales constituyen todos los macizos montañosos en que se organiza el
relieve almeriense, que está caracterizado por un conjunto de alineaciones
montañosas con una dirección W-E las más meridionales, y SW-NE, las
septentrionales, y que corresponden, de sur a norte, a las sierras de Gádor,
Alhamilla y Cabrera, parte occidental de Sierra Nevada y la Sierra de los
Filabres, Sierra de las Estancias y la Sierra de María.
Los
materiales pertenecientes al complejo Nevado-Filábride constituyen el basamento
de todas estas sierras a excepción de la de Gádor y la de María, y se componen
esencialmente de micasquistos diversos, cuarcitas, gneises, mármoles,
anfibolitas y serpentinas. Los materiales de los complejos Ballabona-Cucharón y
Alpujárride se encuentran en la cima de los materiales nevado-filábrides
constituyendo la cobertura de dichas sierras, menos en la Sierra de María.
Estos materiales están compuestos esencialmente por esquistos, cuarcitas,
filitas, yesos, brechas tectónicas, calizas y dolomías de edad Permo-Triásico y
Trías Medio-Superior. En cuanto a los
materiales de la zona Subbética que constituyen la Sierra de María están
formados por calizas de diversos tipos de edad jurásica.
Todas
las alineaciones montañosas almerienses están, a su vez, separadas por extensas
depresiones, que de sur a norte y a través de una amplia llanura litoral
corresponden a: la Cuenca de Tabernas-Sorbas, situada entre las sierras de
Gádor, Alhamilla y Cabrera, y la Sierra de los Flilabres; la Cuenca del
Almanzora, por la que discurre el río que le da nombre, desarrollada entre la
Sierra de los Filabres y la Sierra de las Estancias; y, por último, el Corredor
de Chirivel, situado entre la Sierra de las Estancias y la Sierra de María.
Al
este de dichas depresiones se encuentra además la Cuenca de Vera, situada entre
las sierras de Almagro y Almagrera por el norte, el extremo oriental de la
Sierra de los Filabres por el oeste y Sierra Cabrera por el sur. Todas estas depresiones están rellenas por
materiales terciarios postorogénicos de origen marino correspondientes al Neógeno y por depósitos continentales
cuaternarios.
Finalmente,
en el extremo sureste de la provincia de Almería se encuentra la Sierra de
Cabo de Gata, extendida en sentido NE-SW a lo largo de la costa y limitada por
una importante fractura – la falla de Carboneras- sobre la que se levanta, a su
vez, una pequeña alineación montañosa, la Serrata de Níjar. Los materiales que
constituyen la Sierra de Cabo de Gata están prácticamente compuestos por rocas
volcánicas calco-alcalinas s.s., originadas por un vulcanismo postorogénico que
se desarrolló durante la mayor parte del Neógeno. Asociados también con este
vulcanismo, pero de composición distinta, existen en la provincia de Almería
varios pequeños afloramientos volcánicos como el del Hoyazo, cerca de Níjar, y
los de la Cuenca de Vera. Las rocas de todos ellos son calco-alcalinas
potásicas a excepción de las del Cabezo de María, cerca de Antas, que son
ultrapotásicas.
KARST
Todos
los macizos calcáreos de la provincia de Almería, principalmente los
constituidos por las calizas y dolomías de los complejos Ballabona-Cucharón y
Alpujárride, así como las calizas jurásicas de la Sierra de María están, en
general, fuertemente carstificados. Se trata de un karst muy antiguo
(probablemente Plioceno y Cuaternario) ya muerto completamente, que se desarrolló
durante periodos húmedos antecesores del clima actual y relacionado con una
geomorfología hoy ya desaparecida. Sin embargo, existen algunos casos, como la
Sierra de María, donde aún se detecta un proceso incipiente de carstificación
debido a un karst de alimentación nival.
Un
caso especial y singular lo constituye el karst desarrollado en los materiales
yesíferos pertenecientes al miembro Yesares de la cuenca neógena de Sorbas.
Luis Delgado Castilla
Geólogo
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